La idea de esta excursión salió de un programa de televisión, viendo un reportaje donde se describía cómo hacerla y claro, se me encendió la bombillita de porqué no íbamos nosotros a poder hacerla, tan sólo hacía falta juntar un buen grupo de gente más o menos experimentada y rebosante de optimismo que se supiera desenvolver en este nuevo reto, un puñado de buenos componentes que no tuviera ningún miedo al vacío, ¡por Tutatis! ¡necesitábamos a la cream de la cream del grupo!
La verdad es que esta salida me apetecía mucho y me ilusionaba enormemente, me pondría a prueba en un tipo de salida que nadie del grupo había experiementado antes, además, tras mi estrepitoso fracaso en los Besiberris el fin de semana anterior, necesitaba algún incentivo así para que mis ganas resurgieran de sus cenizas, y a pesar de que llevaba un poco de miedo en el cuerpo e incluso el pensamiento de que no conseguiríamos encontrar ni la cima de les Faixes Tancades debido a los múltiples comentarios pesimistas que recibí en el viaje de ida y vuelta a los Besiberris, finalmente demostré una vez más que todo aquello que siempre me he propuesto lo he conseguido, me haya costado lo que me haya costado (Mont-Blanc, les Faixes Tancades, ...).
A ningún amante de los rápeles le puede faltar esta excursión, no os defraudará, es espectacular, entretenidísima y de altas pulsaciones. Además, esta salida hace honor al lema que ideó el National para el grupo, ¡NUEVOS HORIZONTES, NUEVAS SENSACIONES! Si buscáis sensaciones fuertes, esta es vuestra salida ...
Quedamos un día 11 de Noviembre del 2006 a las 7 AM, salimos desde Cerdanyola. Recojo al Jaume en la archiconocida plaza del Estatut, también llamada la plaza de la C, y luego vamos hacia la estación de la RENFE para recoger a María. Una vez estamos ya los 3 montados en el Focus nos encaminamos a coger la AP-7 hasta la primera gasolinera que encontremos a la derecha tras pasar Amposta, en este punto encontraremos a nuestro último componente, Artur.
Decidimos ir por la AP-7 y pagar sus múltiples peajes para poder así ir más rápidos y permitir así disfrutar de los rápeles más holgadamente. El primer peaje en Martorell ya comienza a hacer mella en nuestros bolsillos, concretamente en mi tarjeta de crédito, estos malditos peajes te soplan el dinero más pronto que cualquier sitio donde admiten tarjetas, metes la tarjeta y un segundo después te la devuelve con el debido robo anotado en tu banco, no hay que firmar nada ni estar de acuerdo con nada ni enseñar DNI ... te lo cobran sin más, 3.10 euros.
Llegamos a El Vendrell, nuevo peaje, metemos la tarjeta y otro nuevo robo de 2.45 euros, ¡malditos ladrones legales! Continuamos con nuestra marcha y llegamos a Tarragona tras una hora de viaje, una nueva sorpresa en forma de peaje nos aguarda, aquí no se escapa ni el apuntador, nuevo robo de 2.30 euros, ¡grrrrrrrrrrr!
Llegamos a L'Hospitalet y parece que otro peaje nos aguarda, preparo la tarjeta, pero esta vez sólo nos dan un ticket, el cual indicará el importe a pagar cuando salgamos de la autopista, ¡maldita sea! Esta pequeña tarjetita es nuestra pequeña hipoteca del día a franquear en destino ...
Tomamos la salida 41: Amposta, N-340, Sant Carles de la Ràpita. Llegamos al último peaje que nos permitirá volver a la libertad deseada, ¡viva la libre conducción! Metemos la tarjeta que recogimos en L'Hospitalet para ver qué sorpresa nos depara el futuro, una vocecilla nos dice, ha ganado usted un fabuloso viaje a Sant Carles de la Ràpita, pero tenemos que pagar las tasas que son 5.60, para ello nos pide con insistencia la otra tarjeta, la que lleva el premio gordo, los euros ... ¡grrrrrrrrrrrr! Un segundo y 5.60 euros menos en cuenta.
Seguimos por la N-340, carretera totalmente libre, pasamos Amposta y paramos en la primera gasolinera a la derecha que podemos, allí está Artur con su C-15 casi jubilada, nos saludamos y continuamos la marcha, esperando encontrar el desvío mediante los mapas que el Jaume porta consigo.
Pasamos Sant Carles de la Ràpita (RUTA: Llegada --> Sant Carles de la Ràpita) y ahora hay que estar más atentos que nunca, pasaremos varios desvíos, pero el nuestro averiguaremos que está justo tras el punto kilométrico 1069, antes de llegar a un pequeño párking en la parte derecha de la carretera. En dicho punto kilométrico encontraremos un cruce a la izquierda y otro a la derecha, por supuesto, cogemos el de la derecha (hacia la serra del Montsià que se alza majestuosa a nuestro lado derecho y en donde poco a poco vamos reconociendo la zona por donde habrá que subir y por la que deberemos rapelar), el desvío está bastante bien asfaltado, tan sólo iremos encontrando unos pequeños baches en forma de barriga que esconden en su interior las tuberías de riego, y en la que el coche saltará más de lo normal, pero yendo despacio no hay problema.
Tras unos cientos de metros y justo antes de llegar a una fuerte curva a la derecha de unos 300º, sale un camino a la izquierda que deberemos seguir, por supuesto, esto lo averiguamos después de habernos perdido durante un rato tras seguir por el camino asfaltado y pasarnos la curva antes descrita.
Yo dejo mi coche justo antes de dicha curva, en una especie de párking en la parte izquierda del camino asfaltado. Seguimos por el camino de tierra con la C-15 de Artur hasta llegar al final del mismo, dicho fin de camino está indicado por una cadena que suponemos que cierra el paso a otro camino asfaltado que suponemos que es únicamente vecinal.
Aparcamos la C-15 en donde encontramos la cadena, estamos a 204 m de altitud, hay sitio para unos 3 o 4 coches, tener en cuenta que hay que dejar el paso libre por si algún vecino quiere pasar por el camino cerrado con la cadena.
Nos calzamos las botas y hacemos los últimos preparativos a la mochila. A las 9:38 estamos listos para salir y nos adentramos en el camino que sale por la izquierda de la cadena, hay marcas de pintura verde en todo el camino de ascenso, también encontraremos bastantes fitas, está muy bien indicado todo y si prestamos atención no nos perderemos en ningún momento.
Al principio, el camino de tierra desemboca alguna que otra vez en un camino mejor, más amplio y algo asfaltado, suponemos que será el que estaba cerrado por la cadena. Pasamos por algún que otro terreno vecinal y siempre vamos bastante arropados por el bosque que nos rodea, debido a esto la humedad reinante es muy alta y no dejamos de sudar en ningún momento, litros y litros de líquido calan nuestras ropas.
Yo al principio, tiro un rato del grupo, pero en seguida Jaume y Artur comienzan los relevos en cabeza, Jaume va a un ritmo más sostenido, pero la bala Artur, que es como un armario empotrado de 4 puertas, está fortísimo y a pesar de que no corre, lleva un ritmo constante bastante duro de seguir, da la impresión que podría subir a la pata coja y no se inmutaría.
Tras un rato de subida sin demasiada pendiente entre bosque y mucha humedad, y estando ya a los pies de la Serra del Montsià, abandonamos dicho bosque y comenzamos las fuertes pendientes, ya no se acabarán hasta que lleguemos a la Torreta del Montsià (765 m), el punto más alto del día.
Artur y Jaume se van destacando unos metros en cabeza, pero Jaume enseguida tira de las riendas y para el ritmo para esperarnos a María y a mí, el sudor no nos abandona y debemos ir quitándonos ropa sobre la marcha. Además, cada cierto tiempo vamos haciendo alguna que otra parada para poder retomar un poco de aire puro.
La verdad es que a medida que vamos subiendo, el entorno es cada vez más abrupto y bonito, lástima de la niebla que nos rodea, ya que no nos permite disfrutar de las privilegiadas vistas que se tienen desde aquí sobre el Delta del Ebro.
A las 11:00 llegamos a una especie de pequeña canal, desde abajo no se puede ver el camino para pasarla y parece que habrá algo de escalada, pero a medida que nos vamos acercando, vemos que hay camino, sube por la parte derecha y a media altura flanquea la canal hacia su parte izquierda, tras esto seguimos remontando hasta llegar a l'Ereta (626 m), son las 11:30 y nos cruzamos con 2 personas más que bajan por donde nosotros hemos subido, mantenemos una pequeña charla con ellos y nos explican que por aquella zona hay también una Vía Ferrata, pues la apuntamos para la próxima vez, nosotros les comentamos que vamos hacia los rápeles ... entre charla y charla aprovechamos para comer un poco y beber algo de líquido, ya que con el sudor estamos perdiendo demasiado líquido corporal.
Hasta aquí hemos llegado siguiendo hitos y marcas de pintura verde sin mayores problemas, en este punto debemos coger el PR C-84 (marcado con pintura amarilla y blanca) hacia la izquierda, pasando al lado de una piedra donde está marcado el nombre de l'Ereta (dicha piedra la dejamos a nuestra derecha).
Seguimos dicho PR C-84 unos minutos, el camino llanea bastante, ya era hora de tomarnos un poco de respiro en los gemelos. Dicho sendero nos deja a pies de una tartera, y por supuesto, hay que subir por ella ...
Artur tira el primero con fuerza (ha escapado de las riendas del Jaume), detrás va Jaume (que trata de echar el lazo al caballo desbocado que lleva por delante) y por último vamos María y yo, la tartera es corta, pero bastante dura, cada uno debe buscar el mejor paso posible para poder subirla, pero aún así, cada dos pasos que damos, uno y medio es para atrás, la piedra está muy descompuesta y es bastante pequeña, por lo que los puntos de apoyo no son tales y en cuanto apoyamos nuestros pies, dichos apoyos caen hacia abajo.
Una vez hemos llegado al final de la tartera comienza un pequeño corredor, subimos por él y volvemos a coger un camino hacia la derecha que zig-zaguea buscando ya la Torreta del Montsià (765 m). El camino continúa estando bien marcado tanto con hitos como con pintura verde.
Tras una hora y 45 minutos llegamos al vértice geodésico que indica el punto más alto, volvemos a comer algo y a rehidratarnos un poco. Nos hacemos la foto de rigor y nos reímos un rato de la inscripción que ponen en todos los vértices geodésicos.
Tras 10 minutos de descanso y viendo que ya nos estamos quedando fríos, volvemos a retomar nuestro camino hacia La Trencada (732 m), en donde comenzará la zona de rápeles. Este camino va en dirección N-E. Pasamos por una especie de viejo repetidor que se encuentra en bastante mal estado.
El camino baja un poco por la vertiente contraria a la que hemos subido, Jaume nos explica los múltiples senderos que vemos abajo en el valle y las cimas que hay por los alrededores, haciendo especial hincapié en una llamada la Ventana. Seguimos viendo marcas de pintura verde e hitos y el camino sigue siendo evidente, llegamos al Coll del Teix (690 m), a partir de aquí ya no bajaremos más y tocará volver a subir.
Desde este punto hay bastantes evidencias de que pasa poca gente, está todo muy poco pisado y las zarzas son las reinas del lugar, marcando ferozmente su terreno, cosa que sufrió Artur en sus piernas y calcetines, por lo tanto, aconsejamos ir con pantalones largos durante toda la excursión.
Remontamos unos metros y dejamos a nuestra derecha el Cim de la Tenda (728 m) para seguir remontando hasta llegar a la cima de les Faixes Tancades, la cima en concreto se llama La Trencada (732 m). No paramos en la cima ni hacemos la foto de rigor, tenemos ansias de encontrar el R1 para comenzar a colocarnos el material. Seguimos unos 30 m en dirección N-E y encontramos el R1 en la misma vertiente por donde antes habíamos subido, en frente nuestro debería estar el mar y el Delta del Ebro, aunque la niebla no deja verlos.
Una vez en el R1, nos quitamos las mochilas y comenzamos a sacar el material: arnés (1 por persona), cuerdas (llevamos 3 cuerdas: 1 de 50 m de longitud y 9 mm de diámetro, otra de 60 m y 9 mm y otra última cuerda de 70 m y 10 mm), vagas (2 por persona) y mosquetones de seguridad (1 por vaga).
El gusanillo me comienza a carcomer las entrañas, ¿estaré preparado para poder llegar hasta abajo? ¿aguantará todo el material? ¿sabremos montar todo correctamente o por el contrario tendrán razón mis pesimistas compañeros de los Besiberris? Pues parece ser que ha llegado el momento de responder todas estas preguntas y quizás hacer reflexionar todas esas voces que nunca creen en mí ...
Nos colocamos el arnés y le acoplamos 2 vagas mediante un nudo de alondra con sus correspondientes mosquetones de seguridad, nos colocamos también el casco, Jaume y Artur verifican que todo esté puesto correctamente, ellos son los más experimentados en este campo ... yo llevo un par de cordinos y me dispongo a hacer un marchard (sistema autobloqueante por si me pasa cualquier cosa en el descenso), pero Jaume me dice que no hará falta y que sólo hará que vaya aún más lento, hago caso de sus palabras y no monto dicho sistema autobloqueante.
Todos los anclajes de los rápeles están en un excelente estado de conservación, y tienen un nivel de seguridad muy alto. El anclaje de R1 está formado por 2 chapas y una anilla, y el largo del R1 son 21 metros.
Para bajar el R1 usamos únicamente una cuerda, la pasamos por la anilla y ya estamos listos para bajar. El primero en bajar es Artur, luego yo, detrás María y por último Jaume que cierra el grupo para asegurarse de que todo vaya bien. Yo voy con los nervios a flor de piel, y esto se me nota bastante, la mano guía que se supone que no debe ir tensa, la llevo cogida fuertemente a la cuerda, y mi mano derecha (la que me deja bajar o me bloquea mediante el ocho), va demasiado cerca del ocho, así que me comentan que deja dicha mano más atrás, debe ir por detrás del muslo, yo no quiero soltarme demasiado, pero al final logro poner la mano donde me dicen, aunque mi mano izquierda sigue con demasiada tensión.
María, a pesar de que no hace nada desde hace 6 años se desenvuelve muy bien, y pronto le vienen los recuerdos a la cabeza, el único problema que ella tiene es su poco peso, por lo que tiene que hacer más fuerza para bajar, para ello usa bastante los pies para empujarse hacia abajo, esto provoca que caigan bastante piedras para abajo ... una de estas veces que cayeron piedras, cayeron son la cabeza de Artur, pero menos mal que llevaba el casco puesto. Por tanto, recomendamos encarecidamente llevar casco para bajar por esta vía.
El R1 no es excesivamente difícil ni exigente, la verdad es que gusta empezar así para ir habituándose poco a poco, los 21 metros de dicho rápel se dividen en 2 trozos, primero bajas hasta una gran repisa y luego hasta otra bastante más abajo. Comentar también que en esto de los rápeles es muy importante la persona que ya está abajo, ya que debe estar atenta por si pasara cualquier cosa para tensar la cuerda y bloquearnos en el sitio donde estemos, esto es muy, muy importante si no llevamos el sistema de autobloqueo hecho (ya sea con un marchard o con un prusik).
Yo llevo un par de walkies, uno me quedo yo y otro se lo paso al Jaume, más que nada para estar en contacto y no tener que estar pegando berridos en mitad de la montaña, ya que esto podría provocar algún que otro desprendimiento no deseado.
Recuperamos la cuerda, no sin problemas, ya que se engancha con demasiada frecuencia y Artur y Jaume tienen que hacer algún que otro esfuerzo extra. Pasamos la cuerda y la doblamos por el método tradicional. Llegamos al R2, anclado también con 2 chapas y una anilla, tiene una longitud de 8 metros, pasamos la cuerda, la tiramos hacia abajo y volvemos a bajar los 4 sin mayores problemas, normalmente Jaume y Artur se turnan para ser los primeros en bajar, si baja primero Artur, Jaume se queda cerrando el grupo y viceversa, insisto en que son los 2 más experimentados en este campo.
El R3 está en una sabina, tiene una longitud de 26 metros y está anclado mediante unas vagas y una anilla. Es muy importante que nos aseguremos con la vaga y el mosquetón siempre que lleguemos al punto de anclaje de cualquiera de los rápeles de esta vía, nunca debemos confiarnos lo más mínimo, ya que un error aquí conduciría a una caída con un final no muy feliz. Decir también que este rápel se puede saltar bajando directamente desde el R2 hasta el R4 (longitud de 34 metros), aunque nosotros preferimos no saltárnoslo y poder así retrasar el tema de unir 2 cuerdas. Jaume es ahora el elegido para bajar el primero.
Este punto de anclaje del R3 está pensado para un máximo de 4 personas, en realidad, el número de personas que formarían el grupo ideal para hacer les Faixes Tancades no debería exceder de 4 personas, ya que si el número aumenta, deberían aumentar el número de cuerdas y también aumentaría el tiempo que tardaríamos en realizar la vía.
En este rápel comienzamos a encontrar algún que otro tramo volado, además comienza a ser algo más largo que los 2 anteriores. Al encontrarme con los tramos volados, lejos de tranquilizarme, sigo con bastantes nervios y mi mano izquierda cada vez agarra con más fuerza, tanto que al final consigo quemarme por dentro del dedo corazón y me comienza a salir algo de sangre, pero nada escandaloso, la verdad es que el hecho de verse uno literalmente volando pone bastante nerviosillo, y hace pensar varias veces en qué pasaría si la cuerda fallara ... a mí no me gusta depender especialmente de ningún tipo de material, prefiero depender de mí mismo, pero aquí no hay más posibilidades hay que confiar que la cuerda resistirá.
Pasamos todo el grupo el R3 y llegamos por fin al R4 (cuidado porque el tramo entre el final de R3 y el comienzo de R4 tiene mucha vegetación y zarzas), equipado con 2 chapas y anilla, su longitud es normalmente de 20 metros, aunque nosotros lo convertiríamos en un rápel de 43 metros, ya que nos saltaremos el R5 y llegaremos directamente al R6, esto lo hacemos así ya que el R5 tiene su instalación colgada y únicamente aguanta el peso de dos personas.
Para hacer esto, unimos un par de cuerdas mediante un nudo pescador. Pasamos la cuerda por la anilla hasta llegar al nudo, y luego tiramos los cabos con cuidado de que no se enganchen. Tenemos que recordar que hay que hacer un nudo en cada cabo si la cuerda no llegara hasta el suelo, esto es para que dicho nudo nos parara en caso de caida, de otra forma caeríamos al vacío, aunque tenemos que decir que esta técnica nosotros no la usamos para bajar les Faixes Tancades puesto que en nuestro caso la cuerda siempre llegaba al suelo, esto sólo lo tendríamos que usar en caso de hacer la R5 y utilizaramos para ello una cuerda corta que sólo llegara hasta dicha instalación.
También es de vital importancia recordar de qué cabo hay que tirar en caso de unir 2 cuerdas, siempre hay que tirar del lado por donde queda el nudo, ya que si tiráramos del otro, el nudo podría quedar trabado en la anilla y podríamos llegar a perder las cuerdas, y entoces, ¿como seguiríamos bajando?
Este último rápel es de emociones fuertes, tiene un gran tramo volado y esto hace que mi tensión aumente, cuando llego al final del mismo estoy bastante exhausto, sigo sudando mucho y con ello la pérdida de líquido es grande, el quemazo del dedo me escuece bastante y pido a mis compañeros a ver si podemos descansar 5 minutos antes del próximo rápel, sigo bajando de segundo y Artur sigue imponiendo su ley de primero. Ojo con la cuerda y sobre todo con el ocho, queman bastante tras este tramo (en los anteriores también queman, sobre todo el ocho, manipularlo con sumo cuidado).
El resto del grupo sale encantado de este último rápel, y la verdad es que no es para menos, será el rápel de mayor longitud del día y la verdad es que tiene de todo, aquella persona a la que le guste rapelar disfrutará mucho en este tramo.
Tras una breve pausa nos dirigimos al R6, para ello bajamos unos metros hasta una gran carrasca medio colgada del vacío, a partir de ahora no hay descanso, y las emociones fuertes se sucederán hasta llegar al final del R8 y con ello al PR C-84. Una cuerda nos lleva hasta la misma carrasca y allí vemos el siguiente anclaje correspondiente al R6, vemos varias vagas alrededor del tronco, Artur y Jaume hablan de la equipación de este rápel y finalmente deciden poner un pequeño mosquetón para quedarlo abandonado allí, probaron con un mallón, pero resultó ser demasiado pequeño y no entraba en la instalación.
Artur sigue haciendo de primero, la verdad es que la salida de este rápel y bastante peligrosa y hay que ir con mucho cuidado, y sobre todo, hay que estar asegurado con las vagas y los mosquetones hasta el último momento.
Cuando Artur llega abajo, da una voz para que baje el siguiente, ¡glup! parece que me ha vuelto a tocar ser el segundo. Me aseguro al anclaje, cojo mi ocho, le paso la cuerda y lo meto en el mosquetón de seguridad, todo ello lo hago estando sentado en el tronco ... tras esto quito mis vagas del anclaje de la reunión y poco a poco me voy dando la vuelta para comenzar el rápel, hasta que comienzo a bajar pasan un par de minutos, las maniobras han sido laboriosas.
Cada vez que miro por debajo de mí me asusto y me calmo a la vez, la longitud es larga, pero al final de todo logro ver la camiseta roja de Artur, y esto último me calma bastante, bajo y bajo, y voy pensando mentalmente cuántos metros me deben quedar hasta llegar al sitio donde está Artur, la verdad es que no me gusta mirar excesivamente hacia abajo, así que voy mirando a lo que hay enfrente de mí o a la cuerda, lo malo es cuando llegas a algún tramo volado y comienzas a rotar sobre tí mismo, esto de mirar hacia el frente no es muy bueno, ya que cuando miras de frente con la pared a tu espalda, lo único que ves es la caída bajo tus pies, el Delta del Ebro al fondo y te sube un calentón que no veas.
Por fin, tras unos minutos de angustia llego a la altura de Artur, respiro hondo y le miro ... ¡buffff! ¡qué pasada! Comento un poco con él la jugada y llegamos a la misma conclusión, lo más difícil de este último rápel es la salida del árbol (carrasca).
La técnica para quitar la cuerda del ocho es también muy importante, ya que debido a que el ocho está muy caliente podemos llegar a soltarlo y se nos puede caer para abajo, por tanto, antes de quitar la cuerda del mismo, le desmosquetonearemos, le daremos la vuelta y lo volveremos a mosquetonear en nuestro arnés y ahora sí, le quitamos la cuerda, de esta manera no hay posibilidad de que el ocho caiga al vacío.
Tras de mí baja María y cerrando el grupo Jaume, todos vienen encantados. Pero el final de este rápel tiene un poco de trampa y no nos hemos dado cuenta, nos hemos quedado en una pequeña plataforma que está repleta de zarzas y hierba húmeda que es tremendamente resbaladiza, y antes de llegar al R7 encontraremos un pequeño escalón de roca lisa, con muchas zarzas y muy resbaladizo, podríamos haberlo bajado con las cuerdas, pero ya las hemos desmontado. Artur ha bajado sin excesivos problemas hasta el R7, tras él baja María con alguna que otra precaución, es mi turno y le digo al Jaume que me dé un cabo de la cuerda y tire por si resbalo, los enganchones en las zarzas son continuos, se nota que no viene mucha gente por esta zona, por último baja Jaume, él no tiene nadie que le sostenga la cuerda, así que me pongo por debajo del escalón para servirle de apoyo.
Llegamos al R7, está compuesto por 2 chapas y una anilla, volvemos a pasar las cuerdas unidas por el nudo pescador por la anilla y para abajo, son 31 metros de longitud, es otro de los rápeles más largos y también tiene un tramo bastante volado. Ya comienzo a tranquilizarme más, mi mano izquierda que actúa de guía sobre la cuerda comienza a aflojar su tensión, comienzo a disfrutar de la bajada, ¡por fin!
La verdad es que cada vez que comenzamos un rápel nos cuesta un poco de trabajo, ya que el rozamiento y la tensión de las cuerdas debido a su peso hacen que vayamos demasiado frenados, esto dá un toque mayor de seguridad, pero ralentiza un poco la marcha.
Toca buscar el R8, hay que buscar una gran roca yendo en dirección izquierda (según bajamos y mirando hacia el Delta del Ebro), enseguida lo encontramos siguiendo unas fechas que hay marcadas en plena roca de la pared, este rápel está formado por 2 chapas ancladas a la gran roca, un cable doble que sale de ellas y finalizando dicho cable, encontraremos la anilla por donde pasar la cuerda, ¡mucho ojo al asegurarnos al cable! Sólo deberíamos asegurarnos a uno de los 2 cables, si lo hacemos en los 2 y caemos, la anilla no nos frenará en nuestra caída y el mosquetón se soltará.
Vuelve a bajar primeramente Artur, luego es mi turno, tras de mí María y acaba Jaume con este primer tramo de rápeles. Este último rápel tiene una longitud de 28 metros, también tiene un bonito tramo volado y en su parte final encontraremos una higuera empotrada en la pared, ¡cuidado con sus ramas!
Nos encontramos ahora en la Font de Neus (589 m), en pleno PR C-84. Artur y Jaume vuelven a tirar de la cuerda, y logran finalmente hacerla caer con su peculiar ruido cortando el aire (aunque la verdad es que les ha costado bastante conseguir hacerla bajar), la verdad es que dá miedo escucharla, ¡cuidado que no os caiga la cuerda en la cabeza!
Toca coger un poco de aire, comer y beber algo y charlar un rato de forma amena. La verdad es que Artur nos hace reir mucho con sus ocurrencias, es una persona muy simpática.
Tras un breve pero intenso descanso toca seguir el PR C-84 hacia la derecha (según estamos mirando hacia el Delta del Ebro), tras unos minutos llegamos a una especie de collado y aquí toca abandonar el sendero y continuar por donde estén las fitas y la pintura verde.
Las fitas y la pintura nos llevan hacia abajo, por un lomo cada vez más estrecho, el camino está muy poco pisado y apenas se distingue, hay que estar muy atentos a las fitas y a la pintura ... Debemos tener mucho cuidado de no tropezar en esta zona, ya que nos podríamos ir colina abajo ... Pasaremos algún que otro resalte en el que tendremos que hacer servir las manos.
Finalmente llegaremos a la Punta d'Antó (460 m), por su parte derecha sale el siguiente rápel, el R9, el primero de los 3 útlimos rápeles del día. Está anclado con 2 chapas, una anilla, un pasamano y una cadena para poder asegurarse, su longitud es de 33 metros.
Artur se vuelve a aventurar a ser el primero, baja hasta una especie de gran rellano y llama al siguiente, ¡uf! parece que el siguiente vuelvo a ser yo. Ahora estoy más tranquilo y bajo con más calma, la mano izquierda no agarra fuertemente la cuerda y únicamente sirve para hacer de guía, bajo un primer tramo fácil hasta una pequeña repisa, y luego viene otro tramo más largo terminado en otro pequeño tramo volado.
Una vez estamos todos en ese gran rellano nos ponemos a buscar el siguiente rápel, el R10, pero no lo vemos, se supone que es un rápel con la instalación colgada y que aguanta hasta 4 personas, pero nosotros estámos en un gran rellano ... Finalmente Jaume lo consigue encontrar, está según miramos la pared por la que hemos bajado, en el lateral izquierdo de esa misma pared, está colgado y como muy bien habíamos leído, caben unas 4 personas.
El problema está ahora en llegar hasta él, nuestro valeroso Jaume se asegura a una cuerda y flanquea por la pared hasta llegar a la instalación de dicho penúltimo rápel, asegura la cuerda a la instalación y así nos servirá de pasamanos al resto, en un extremo Jaume, en el otro Artur, ambos asegurando la cuerda. La verdad es que no es excesivamente complicado llegar a la instalación de R10, pero siempre es conveniente asegurarse por lo que pueda pasar. Vuelvo a pasar de segundo, detrás de mí María y por último llega Artur, nos aseguramos al anclaje del rápel y Jaume vuelve a bajar el primero hasta llegar al siguiente y último rápel.
Este R10 se compone de 2 chapas, una anilla y pasamanos, y tiene una longitud de 31 metros. Detrás de Jaume esta vez, baja María que ya sabe colocar su ocho con gran habilidad, tras ella bajo yo (con calma y disfrutando) y por último baja Artur.
Nos encontramos ya en el R11, el último rápel del día, su anclaje está compuesto de 2 chapas y una anilla, y tiene una longitud de 25 metros. Esta vez, mis compañeros me dejan el honor de ser el primero en bajar y finalizar así 'les Faixes Tancades', una excursión sin igual. Tras de mí baja Artur, luego María y por último finaliza su periplo por 'les Faixes Tancades' Jaume. Todos hemos acabado con éxito los rápeles y ahora únicamente nos queda seguir las marcas de pintura y fitas hasta el coche.
Nos quitamos el arnés y todo el equipo para meterlo ya en las mochilas y nos disponemos a bajar, primero bajamos una pequeña tartera, pero ya sin ninguna dificultad reseñable, continuamos bajando bastante rápido por el camino, ya no pararemos más hasta llegar al coche. Las piernas de María ya están quejándose y va un poquito más despacio que el resto, pero cada pocos metros la vamos esperando.
Al final decidimos acortar y nos salimos del camino para ver si podemos llegar antes, pero nos vamos encontrando con zarzas y más zarzas que finalmente nos hacen dar un pequeño rodeo hasta que finalmente desembocamos en un camino vecinal asfaltado (el camino que está cerrado con la cadena en la parte de abajo).
Una vez en el camino, seguimos nuevamente la pintura y finalmente llegamos al coche sin mayores problemas. Ponemos de nuevo las mochilas en el coche de Artur y nos conducimos hasta donde tengo mi coche aparcado, una vez aquí nos despedimos de Artur y hacia Barcelona.
¡OBJETIVO CONSEGUIDO!
by Maligno