Viernes, 16 de julio de 2004. Una vez más, otra excursión. Esta vez ha tocado La Munia, un pico de 3133 m en el Valle de Pineta (Bielsa), en la vertiente opuesta al Monte Perdido.

Al igual que en la excursión del Aneto, salimos sobre las 5 de la tarde de la diagonal de Barcelona, por la A-2 en dirección a Lérida, para tomar después el desvío de Lérida hacia Barbastro, salida 458, Ainsa, Bielsa y al camping de Pineta.

A medida que nos acercamos a La Pineta, en donde tenemos reservada una habitación en el camping con mismo nombre, a unos 4 Km. de nuestro punto de salida. Llegamos a eso de las 10 de la noche, entre retenciones y lluvias torrenciales que nos hemos encontrado a partir de Bielsa, la cosa no pinta bien, pero el nuevo día decidirá si se realiza la excursión o no.

Después de llegar, no realizamos gran cosa, sacar los sacos y preparar el dormitorio, una cena ligerita en la misma habitación y a dormir, ya que hay que levantarse temprano al día siguiente.

Sábado, 17 de julio de 2004. Es la hora de levantarse y suena el primer despertador, son las 5:30 de la mañana. En media hora, nos vestimos, preparamos las mochilas y desayunamos zumo, café, galletas, chocolate y todo aquello que nos pueda aportar energías para la dura jornada que nos espera.

Cogemos los coches y nos acercamos a nuestro punto de partida, el Parador de Pineta, a unos aproximadamente 1330 m de altura, a eso de las 6:45. En lugar de subir hasta los Llanos de Larri por la senda que va desde el aparcamiento del parador, subimos por el sendero, mucho más corto, pero a través de un bosque cerrado y bastante húmedo, en el que se te condensaba el agua en la ropa, el pelo y todo el cuerpo. Era como tomar una ducha en movimiento.

Tras un breve recorrido, llegamos a los Llanos de Larri a las 7:30, esto es precioso, saltos de agua por doquier, un valle verde precioso con su río en medio y vacas pastando en él. Digno de una película.

Aquí cometemos nuestro primer error, y es cruzar por el puente al lado izquierdo del río, creyendo que el sendero de subida da a este lado. Para cuando nos damos cuenta del error, ya estamos al final del valle, y hay que volver a cruzar el río de nuevo, pero en esta zona no hay puente. Perdemos una media hora de camino encontrando un paso, saltando por rocas, por el que cruzar el río y llegar al sendero de subida correcto. Joan Jordi y yo intentamos buscar otro paso, sin conseguirlo, y lo único que terminamos haciendo es perder el tiempo. Siempre se debe atravesar el valle por el lado derecho del río, que lleva directamente al camino de subida al valle de los lagos de La Munia. Son las 8:15 y hemos tardado 45 minutos en atravesar un valle, la cosa no comienza bien.

Continuamos nuestra subida por el camino y tenemos que elegir entre subir por la derecha o por la izquierda; decidimos subir por el camino de la izquierda que parece el más rápido y sube por la parte derecha de la cascada del río, pero tras andar un poco descubrimos que el camino se acaba justo antes de comenzar la cascada. El camino correcto a seguir era el derecho, pues éste solo lleva a la cascada, eso si, es muy bonito. Toca volver hacia atrás y elegir el camino correcto.

Después de encontrar el camino correcto por segunda vez, y perdiendo de nuevo un tiempo precioso, vamos siguiendo el sendero que éste marca, y que sube poco a poco por la vertiente de la montaña hasta el valle superior. A medio camino decidimos hacer una pequeña parada para reponer fuerzas y comer algo a eso de las 9:50. Nos quedamos en un pequeño saliente desde el que hay unas vistas preciosas. Sara decide no parar y continuar subiendo.

Tras el pequeño almuerzo seguimos subiendo, ya con intención de no parar hasta los lagos de la Munia. Poco a poco, llegamos hasta arriba, al valle que hay previo a los lagos, completamente verde y con algún resto que otro de nieve, hay bastantes ovejas pastando y el camino es mas agradecido de hacer. A medida que avanzamos, las rocas van ganando terreno al verde del valle, de manera que terminamos andando entre rocas y nieve para llegar al fin a los lagos, congelados todavía, con las tonalidades azul claro del agua que se está descongelando. Aquí hacemos la parada para comer un poco y alcanzamos a Sara (por segunda vez). Llevamos 1200 metros de desnivel y el fondo físico comienza a hacerse notar. Son las 12:00

La hora que es, junto con los 500 metros que quedan por subir, y algún miembro que no se encuentra bien, hacen que se queden en los lagos y no continúen el ascenso, son Sara, que debe estar en Zaragoza a una hora razonable, Darío, por enfermedad, y Richard por causas desconocidas. Continuamos el ascenso Joan Jordi, Anabel y yo.

Continuamos subiendo, por la vertiente izquierda de la ladera, y a la izquierda de los lagos. Hay que llegar al paso que hay entre los dos lagos y cruzarlo, ¡pero sin subir por la ladera!, ya que si se comete el error de subirla, habrá que bajarla después y será camino y tiempo perdido. Esto lo aprendimos después de cometerlo, evidentemente. Por suerte, este sería el último fallo que cometeríamos en la ascensión.

Una vez hemos cruzado entre los lagos hay que ir por la ladera derecha de la montaña, quedando los lagos a la izquierda y detrás, siempre ascendiendo hasta llegar al collado de la Munia, para comenzar a andar por las crestas hasta el pico. El camino se hace extenuante, y llegamos aproximadamente a las 13:30, ya queda poco.

A partir de este momento comienza la parte "divertida", ya que hay que crestear aproximadamente por unos 8 o 9 falsos picos hasta llegar al pico de la Munia, eso si, subiendo el famoso paso del gato, que no es más que una roca lisa de unos 6 o 7 metros de altura (inclinada unos 45º) que hay que subir por una par de grietas que son el único agarre. No supone ninguna dificultad ya que la roca ofrece un buen agarre a manos y botas y no se hacen necesarias cuerdas. Es importante seguir los pasos laterales marcados con hitos siempre que se pueda antes de ir directamente por las crestas, ya que se puede terminar cruzando unos aéreos de vértigo y que no ofrecen ninguna fiabilidad. Con esto y otra horita y media llegamos por fin a la cumbre de la Munia, a las 15:00 del mediodía. Ya no queda nadie en la cumbre salvo nosotros y no podemos apreciar bien las vistas porque hay muchas nubes a nuestro alrededor.

No nos entretenemos mucho en la cumbre por miedo a que las nubes que vemos amenacen lluvia, y comenzamos el descenso, deshaciendo el camino hecho. El paso del gato puede impresionar algo más al bajar porque no se ven bien los puntos de apoyo, pero no entraña dificultad, y en caso de resbalar, como mucho nos podríamos dar un buen culetazo contra el suelo ya que no tiene ningún tipo de caída al vacío.

Bajamos por el mismo camino que se hizo a la subida, esta vez sin errores, prácticamente sin paradas: Crestas, collado de la Munia, lagos de la Munia, valle de los lagos y por el lateral de la montaña hasta los Llanos de Larri. Para bajar al parador de Pineta, en lugar del camino a través del bosque optamos por la senda forestal, más cómoda pero más larga. Llegamos a eso de las 21:30 al parador, Anabel y yo desfallecidos pero contentos de haberlo conseguido y Joan Jordi fresco como una rosa.

La cena en el camping de Pineta nos sienta de maravilla.

La excursión es completita y hay de todo, grimpada, senderismo, crestas y collados, si decirque desde el valle de pineta son 1800 metros de desnivel. Se hizo realmente dura.

by Javi