El tiempo había estado
revuelto toda la semana, y el fin de semana no apuntaba muy bien, pero todo
hacía indicar que por la mañana, la meteorología nos daría un pequeño
respiro, aunque por la tarde todo cambiaría. Nuestros cálculos hacía prever
que todo habría acabado para la hora de comer, pero ... nunca hay una
excursión fácil, y menos con la meteorología revuelta.
Salimos sobre las 07:00
AM de Barcelona, cogimos nuestros estimada C-58, luego tomamos la tan adorada
C-55 hasta Manresa, una vez aquí, nos dirigimos hacia Berga,
tras haber pasado este maravilloso pueblo cuya fiesta más conocida es 'La
Patum', paramos y desayunamos un buen bocadillo de tortilla francesa
(bocadillo kilométrico) y un buen Cacaolat, por supuesto, siempre productos de
la tierra. Tras esto seguimos nuestro camino y después de haber pasado el
pueblo de Cercs, veremos un desvío hacia la izquierda (Sant Corneli) junto a la
central térmica,4.5 km después
llegaremos a Fígols, continuamos por la misma carretera hasta la Creu de
Fumanya (1600 m) (RUTA
--> Llegada: Fígols).
Con el coche se puede
llegar hasta la Creu de Fumanya, e incluso más allá si se lleva un coche
acondicionado para tal efecto, nosotros no llegamos hasta dicho punto con el
coche, llegamos hasta el fin del asfalto, y a pesar de que la carretera de
tierra que seguía era más o menos buena, decidimos dejar el coche en una
especia de parking que había en un lateral de dicha pista sin asfaltar.
Comenzamos a preparar
el equipo para la ascensión, esta vez tocaba llevar el equipo al completo,
raquetas, crampones, gafas de ventisca, cortaviento, polainas, ... ¡mucho peso!
¡Ah! Y el palo 'Jotas', un perfecto palo recto y que podía sustituir
tranquilamente a un palo de trekking al
que Jotas cogió especial cariño. Una vez estaba todo preparado (10:00 AM), comenzamos
a caminar por la pista sin asfaltar, hasta llegar la la Creu de la Fumanya, no
tardamos mucho, unos 10 o 15 minutos.
Una vez en este punto,
hay que coger el
ramal de la derecha, es decir, coger hacia la Font de la Bruixa (GR-107)
según pone en el indicador, y como bien se indica, habrá que andar unos 2 km
hasta llegar a dicho GR-107
o Camí dels Bons Homes. Nosotros comenzamos mal, y seguimos recto unos 15
minutos más, hasta que llegamos al fin del camino y nos dimos cuenta de que
íbamos equivocados, así que volvimos hasta la Creu de Fumanya para coger el
camino correcto.
De nuevo en la Creu de
Fumanya, cogimos el ramal derecho y comenzamos a caminar los 2 km hasta llegar
al GR-107,
dicho ramal comienza
subiendo un poco para luego volver a bajar lo antes subido, unos 100 m de
desnivel de bajada más o menos. Llegamos a la señalización del GR-107, tras
unos 40 minutos de caminata por la pista, un indicador en este punto (Font de la
Bruixa) nos indica la dirección a seguir, hacia
el Coll del Portet. Había
tramos en el que el camino estaba bastante mal, ya que había llovido
recientemente y los Quads habían maltrecho el camino por donde habían pasado.
Tras 20 minutos de
caminata por dicho camino, llegamos a la, cada vez más, derruida masia
del Ferrús, en este punto, hacemos una pequeña parada y cogemos fuerzas
para lo que se nos viene encima, todavía queda lo peor ...
Seguimos el GR-107,
éste, cada vez nos acerca más a la
roca Gran de Ferrús. Vemos
distintas vías de escalada en dicha pared, totalmente vertical, da miedo sólo
pensar en subir por aquí. A la izquierda de dicha pared, se abre un
corredor, lo que se denomina el paso de les Llosanques, esto está todavía
dentro del GR-107, por tanto, seguimos las marcas sin ningún tipo de problema.
El camino cada vez va tirando más hacia arriba, incluso hay tramos, en el que el
camino es un auténtico pedregal.
Al comenzar el paso de
les Llosanques, comenzamos
a ver los primeros resquicios de nieve, aunque todavía se podía transitar
por ella sin ningún tipo de problema. Dicho paso, como ya dije antes, asciende
por la parte izquierda de la roca Gran de Ferrús, habiendo momentos en, por
encima de nosotros, existe una caída algo peligrosa, y así nos lo hizo saber
la montaña lanzándonos
pequeños desprendimientos, aunque tuvimos suerte, ya que eran sólo nieve,
si hubieran sido trozos de roca o piedra, hubiéramos corrido bastante más
riesgo. Cuando sentíamos el gruñido de la montaña y mirábamos hacia arriba
atónitos, veíamos
boquiabiertos y maravillados como caía la nieve desde lo alto de la pared,
¡estábamos sorprendidos! Cuando se nos pasó la tontería, y vimos realmente
el peligro que corríamos allí debajo, y sin casco, comenzamos a andar más
rápido para poder salir de aquel peligro inminente.
Mirábamos
hacia arriba, y veíamos el camino que aún quedaba, la nieve hacía cada
vez más acto de presencia, pero seguíamos sin calzarnos raquetas ni crampones.
Pero también
mirábamos hacia abajo, y veíamos lo que llevábamos recorrido. Al final de
les Llosanques, el
camino entra entre los árboles, pero siempre seguiremos las marcas del GR-107.
Ahora, tenemos a la vista la
parte alta de la roca Gran de Ferrús, una maravilla, pero peligrosa, ya que
era, la que más abajo, nos tiraba nieve y gravilla.
Una vez llegados arriba
(13:00 PM), en el cuello, y antes de abandonar el GR-107 y encaminarnos hacia la
derecha, comemos para retomar el camino con fuerzas. Una vez comidos y bebidos,
seguimos hacia la derecha, pero ¡OJO!, ahora hay que estar muy pendientes, ya
que se mezclan las marcas de pintura roja y amarilla. Continuamos ascendiendo, hasta
que nos encontramos una grimpada que tendremos que salvar. Anabel
decide seguir hacia su derecha, encontrando y seguiendo más marcas de
pintura, ya aquí, Anabel comenzó a mostrar sus excelentes dotes en cuanto a
orientación se refiere, el resto, decidimos superar la grimpada, eso sí, no
sin dificultades, hay que tener mucho cuidado, y asegurar
los puntos de apoyo, además, en nuestro caso, la roca estaba mojada y
resbalaba, la verdad es que hubiera sido mejor seguir a Anabel, ya que subió
casi sin ningún tipo de dificultad, pero la aventura ¡era la aventura!
La
caída podía llegar a ser muy peligrosa, pero al final pudimos superar este
punto negro en el camino. También
aquí, destacar el espíritu de Toñi, que pese a su miedo a las grimpadas
peligrosas, consiguió subir por aquí.
Tras este punto negro,
respiramos todos tranquilos, la
orientación era complicada, ya que no se veían ningún tipo de marca, debido a
que estaban tapadas por la nieve que se acumulaba, pero al parecer, algún
intrépido iba delante de nosotros, y a pesar de que no le veíamos, podíamos
seguir sus pisadas sin dificultad. El
paraje estaba cada vez más nevado, lo que le daba ese toque navideño, una
preciosidad. De vez en cuando, lográbamos ver alguna marca
de pintura o algún
hito, sobre todo cuando estábamos cerca de la arista final.
Llegados a la arista, y
con el tiempo cada vez peor, ahora
nos nevaba y nos rodeaba una, cada vez más, intensa niebla, aprovechamos
para calzarnos los crampones, eso sí, para algunos como yo, fue una mala
elección, mientras que Jotas se calzó las raquetas, el resto del equipo se
calzó los crampones, lo que hacía que nos hundiéramos más en la nieve, pero
ya quedaba poco para la cima y no nos íbamos a parar más.
Tras unos 20 o 25
minutos de andar, si se puede llamar así, con nieve hasta las rodillas y con
unas piernas cada vez más cargadas del esfuerzo extra que teníamos que hacer
al hundirnos, llegamos
a la tan ansiada cima, eran las 15:00 PM, 5 horas, el tiempo se nos echaba
encima y la
visibilidad era cada vez más nula, era
tiempo de hacernos las fotos obligatorias y comenzar nuestra bajada.
Se supone que la bajada
es siempre lo más fácil y lo que menos historia tiene, ya que la gente vuelve
eufórica de su gran victoria tras haber conseguido conquistar la cima, pero en
nuestro caso, sí hubo historia que contar.
La niebla apenas dejaba
ver nada, tan sólo contábamos con un mapa de la Alpina (no aconsejo comprar
muchos mapas de esta casa) y un
folleto con la ruta a seguir, se trataba de llegar al refugio
Serra d'Ensija 'Presidente Delgado Úbeda' (2060 m), y eso
hicimos, bajamos hasta encontrarlo, en principio, este tramo no nos conllevó
muchos problemas, tan
sólo había que ir bajando y tarde o temprano nos daríamos de bruces con él,
además, la niebla parecía remitir y se podía ver a una distancia razonable.
A ratos, cuando la niebla lo permitía, podíamos
contemplar la panorámica que nos rodeaba, pero en ningún momento pudimos
maravillarnos de ver los picos que nos rodeaban (Pedraforca, ...).
Desde el
refugio, pudimos contemplar el
cartel que indicaba en dirección a la cima de la Gallina Pelada. Aprovechamos
para comer, beber y descansar un rato, también aprovechamos para ver el
interior del refugio, que a pesar de no estar guardado, tenía
más de 10 literas para poder pasar la noche, también estaba bien
aprovisionado de mantas. Tras haber descansado y después de haber mirado el
reloj, ¡las 16:15 PM! ¡Se nos hace tarde! Seguimos nuestra bajada hasta el
coche, pero era a partir de aquí cuando comenzarían los problemas.
Salimos del refugio y
la niebla invadía todo el exterior, no
podíamos ver más allá de 4 metros alrededor nuestro. Sólo sabíamos que
teníamos que llegar a la carena y seguirla hasta la cima de la Creu de Ferro
(2286 m), por tanto, había que volver a salver 250 metros de desnivel, a mí se
me hizo particularmente duro, ya que seguía con mi mala decisión de llevar los
crampones, y seguía hundiéndome medio metro cada vez que daba un paso, pero
seguía con la idea de no parar al grupo para ponerme las raquetas.
No sé si sería el
cansancio o qué, pero yo estaba totalmente desorientado, incluso llegó un
momento en que yo creía que íbamos hacia atrás en vez hacia delante, pero la
buena dirección de Jotas y Anabel, y la gran fuerza del resto del grupo, nos
hicieron seguir avanzando por el buen camino, a pesar de que no íbamos por la
misma carena, ya que el no ver más allá de 4 metros, nos hacía temer que
podríamos caer al vacío.
Al final, y siguiendo
una especie de valla (en realidad, eran unos postes unidos por un fino alambre) que suponíamos separaba la carena del barranco,
conseguimos llegar hasta la
Creu de Ferro (2286 m), aunque no sin dificultades. Atrás quedaban los pensamientos
de volver al refugio para pasar la noche y al día siguiente continuar el
camino, además, la previsión para el día siguiente era bastante peor en
cuanto al tiempo atmosférico se refiere.
Tras bajar de esta
última cima, según nuestro folleto de ruta, había que bajar dirección S, en
verano se supone que, en este punto, encontraremos un torrente, deberemos
seguirle para poder bajar por el sitio correcto, hasta que en la parte inferior
lo dejamos a la derecha y seguimos un camino bien marcado hasta la Creu de
Fumanya. En nuestro
caso la nieve tapaba completamente el torrente y no había manera de ver por
dónde iba, una vez más, en este punto, entró
en acción la excelente orientación de Jotas y Anabel, ¡10! Para Jotas, ¡9!
Para Anabel y ¡7! Para
el resto por su fortaleza física, cada vez que veíamos el reloj la moral
bajaba un poquito más, el tiempo se nos echaba encima, íbamos sin frontal, ya
que ésta era una excursión fácil, pero esta visto que hay que ir ¡siempre!
provisto de todo el material, se nos pasaba por la cabeza acampar al lado de
algún árbol para pasar la noche todos juntos, pero mientras hubiera un rayo de
luz, seguiríamos bajando.
Tras mucho bajar, y a
lo lejos, comenzamos a escuchar ruidos de Quads, estábamos ya muy cerca de
nuestra meta, pero había que seguir nuestra cansina bajada, el equipo comenzaba
a flaquear, pero seguía bajando poco a poco, el Jotas siempre delante y
marcando el recorrido por donde el resto íbamos bajando, yo también puse mis
fuerzas al servicio del grupo, y a veces, también me ponía delante para ir
abriendo vía.
Después
de una gran bajada, y tras haber llegado a una especie de planicie y haber
girado a la izquierda, vemos el torrente, y vemos el camino bien marcado por
donde había que seguir, ¡estábamos ya muy cerca! ¡Se olía la victoria!
Seguimos por este camino, y tras una media hora de bajada, desembocamos
directamente en el coche, las 19:30 PM, ¡ha faltado poco para la noche!
Nos montamos en el tan
ansiado coche de Anabel y comenzamos la vuelta, eso sí, haciendo la
correspondiente parada para cenar, un buen plato combinado caliente nos
levantaría un poco el ánimo.
¡OBJETIVO CONSEGUIDO!
Según el itinerario, y como siempre varía según la cara por la que escojamos
subir, si se va por la cara N, es más corto, unas 2 horas de subida, salvando
unos 650 m de desnivel, mientras que si se sube por la cara S, se pueden tardar
entre 3 y 4 horas (en condiciones climatológicas normales y temporada
veraniega), salvando unos 750 m de desnivel (900 m de desnivel acumulado), por tanto, tendría una dificultad
Fácil (para ambas caras). Nosotros hicimos la que creímos más completa, es decir, la de la cara
S, el horario fue de 9 horas y media sin apenas parar de caminar, la catalogamos
(con la climatología que nosotros subimos y temporada invernal) de dificultad
Media
by Maligno